Continuamos hacia Letonia, destino Riga, dejando atrás la bella Tallín.
Hicimos en autobús todos los desplazamientos entre países. Alquilar un coche salía demasiado caro teniendo el cuenta que devolvíamos el coche en otro país distinto al de origen.
Nos movimos con Eurolines, por unos 16€-17€ el trayecto. Un autobús cómo en un trayecto algo largo (unas 5h si no recuerdo mal). Las carreteras allí no es que sean la bomba, y están bastante transitadas. No os asustéis con su forma de conducir, son capaces de hacer un adelantamiento y quedarse tan tranquilos, allí es muy normal.
Llegamos a Riga de noche, así que nos fuimos directos al hotel a descansar para el día siguiente.
Habíamos reservado un coche de alquiler con Europcar para ir a visitar Cesis y el bunker soviético de Ligatne.
Salimos temprano para recoger el coche y pusimos rumbo a Cesis (1h de trayecto más o menos), donde visitamos el castillo de Cesis.
Continuamos con una vueltecita para ver todo el pueblo.
Cominos bastante pronto para dirigirnos a Ligatne, donde teníamos reservada una visita al bunker soviético secreto. Tuvimos que esperar casi una hora porque un autobús de jubilados Australianos, que tenía el tour a la misma hora que nosotros, se retrasó.
La visita guiada al bunker (en inglés) mereció la pena.
Os recomiendo si vais a ir que lo hagáis con tiempo, está algo escondido y no muy bien señalizado (es lo que tiene que sea un bunker secreto).
Terminada la visita, pusimos rumbo a Sigulda. Es un pueblecito conocido como la Suiza de Letonia, con tres castillos y una cueva con leyenda.
A veces, una pequeña excursión fuera de la gran ciudad da una visión diferente de las culturas. Os recomiendo dedicar un (o más) día fuera de Riga cuando vayáis a Letonia.
¡Nos vemos en Riga! ;)
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